Con ese grito por bandera, los trabajadores y trabajadoras de las cafeterías del Aeropuerto de Sevilla, abandonaban la Catedral de Sevilla, con 55 días de huelga, y de ellos 8 encerrados en la Catedral y el compañero despedido con 8 días en huelga de hambre, después que en la madrugada de ese día se llegase a un acuerdo, en el que principales objetivos de los trabajadores, fueron recogidos y en especial la readmisión de David, que una vez mas como en la Biblia, venció a "Goliath", que parecía invencible.
Esta gesta, ha sido posible por el grado de Unidad que en todo momento han mantenido así como de la convicción de que no podían permitir la perdidas gratuita de unos históricos derechos y mucho menos el despedir a un compañero para utilizarlo como moneda de cambio, esa convicción y la solidaridad (muy olvidada hace bastante años), aderezado con una buena planificación y coordinación entre los sindicatos, han logrado lo que parecía imposible; doblegar las soberbia de un empresario,con mentalidad del siglo IXX.
El mensaje, que lanzaban a la salida de la catedral era claro y contundente; ¡Si se puede!, luchar y ganar por muy poderosos o difícil que parezcan los problemas, si se abordan con Unidad y Convicción.
Esta epopeya, de la no se recuerda precedente al menos en los últimos 25 años, es un ejemplo a seguir, ante todos los cambios legales que el Gobierno esta aplicando para someter a los trabajadores y los abusos empresariales, es por ello que mas que nunca esta vigente el grito de ¡VIVA LA UNIDAD DE LOS TRABAJADORES!
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